sábado, 25 de febrero de 2012

Crucero en el ms Zaandam. Gran aventura por Asia




Cuando pensamos saltar al continente asiático, al lejano oriente, nos planteamos varias opciones de viaje para conocer esta exótica parte de nuestro mundo. Una de ellas era organizar un viaje terrestre por Vietnam y Camboya, con desplazamientos en coche, en autobús, y vuelos domésticos entre ciudades para facilitar en cierta medida los largos y farragosos desplazamientos por estos países del sudeste asiático. Y otra de las opciones era tener un primer contacto de Asia con la comodidad que da ir a bordo de un crucero. Finalmente esta última fue la elegida, y de las pocas alternativas que ofrecen algunas navieras de navegar por los mares del sur de China, Holland America Line fue nuestra elección, en gran parte por la maravillosa, completa y atrayente  ruta que ofrecía en quince idílicos días, y por la indudable calidad de esta compañía que iba a superar nuestras expectativas a bordo del precioso y elegante Ms Zaandam. Todo completado con una pre-estancia  que nos permitiera conocer Singapur, puerto de embarque del crucero, y una pos-estancia de dos días en Hong Kong, puerto de desembarque. 





Y llegó el día de comienzo de nuestro viaje. Después de un otoño casi veraniego y un invierno casi otoñal, tiene mucho cachondeo que el día que iniciamos el viaje desplazándonos con nuestro coche a Madrid para tomar el avión al día siguiente, tenga que instalarse una ola de frío siberiano sobre la península, y se tenga que poner a nevar justo cuando nos ponemos en carretera y que, consecuentemente,  tengamos que ir al paso de la tortuga, asistiendo en algunos casos como algunos coches que nos precedían patinaban y se salían de la vía al arcén. Afortunadamente nosotros pudimos continuar con mucha precaución detrás de las máquinas quitanieves con el único incidente de tardar más de lo previsto en llegar a la capital, donde habíamos quedado para vernos de nuevo con unos amigos y pasar un buen rato charlando de nuestras cosas delante de una buena mesa.



Al día siguiente por la mañana dejamos el coche en uno de los aparcamientos de larga estancia que hay en los alrededores de Barajas, y nos fuimos derechos a facturar el equipaje. Los vuelos los hicimos con Emirates, con tránsito en Dubai. Nos pareció sorprendente, casi una ilusión, el nivel de servicio y las atenciones de esta compañía aérea. Toallitas húmedas calientes, toda clase de aperitivos, bebidas a discreción (incluidas las alcohólicas), elección de menús, profusión de sonrisas... Supongo que acostumbrados a Iberia es natural que este trato nos apabulle. El primero de los vuelos, de Madrid a Dubai, tengo que reconocer que disfruté del mismo saboreando  un  buen vino blanco de Nueva Zelanda y enredando en el completo sistema de entretenimiento de juegos y películas, mientras que en el segundo vuelo a Singapur, ya nocturno, y después de un transito de tres horas en la decepcionante y mal equipada terminal 3 del aeropuerto de Dubai, bastante tuve con intentar dar alguna cabezada. Tampoco ayudó los incómodos y altos asientos del B 777 -300 ER que nos tocó en suerte en los que era imposible apoyar el pie en toda su superficie en el suelo del avión.



Pero las incomodidades se tornaron en emoción e ilusión  una vez aterrizados en Singapur, y ya completados los trámites de inmigración nos montamos en el taxi camino de nuestro hotel en la zona de Marina Bay. Disponíamos de algo más de un día para conocer esta impresionante y cuidada ciudad, ya que al día siguiente embarcaríamos por la tarde en el  Zaandam sin prisa alguna. Y así fue, después de haber disfrutado de un maravilloso día en esta maravillosa ciudad, algo antes de las cuatro de la tarde llegábamos en taxi a la terminal de cruceros de Singapur, donde tuvimos el embarque más rápido que nunca hayamos tenido. La razón es que la mayoría del pasaje ya había embarcado, y a penas eran una decena de cabinas las quedaban por hacer el check-in, así que todo fue muy ágil. Además en ese momento el pasaje embarcado se encontraba realizando el simulacro de evacuación en cubierta pertrechados todos con sus correspondientes chalecos salvavidas ¿Quién me iba a decir que después de lo acontecido con el Costa Concordia nosotros no íbamos a hacer el simulacro de emergencia en este crucero? Y desde luego no ha sido por decisión propia. De todas formas a lo largo de los quince días de crucero, la tripulación realizó diversos simulacros de evacuación y también de incendios.


El Zaandam atracado en la terminal de Singapur. Momentos previos a embarcar por primera vez

Zarpando de la terminal de cruceros de Singapur, con el "Pacific Venus" al fondo, uno de los pocos cruceros con los que nos hemos coincidido en este viaje.

Zarpando del puerto de Singapur.


La ruta fue una de las razones por las que escogimos este crucero. Al ser nuestra primera visita al sudeste asiático, queríamos tener una visión global lo más completa posible en previsión a elegir futuros viajes por tierra, muchos más completos en conocimiento que los que puede ofrecerte la relativamente corta estancia de una escala de crucero. Y desde luego que ha sido todo un acierto, combinando escalas relajadas en maravillosas playas semi desérticas, con ciudades monumentales y modernas urbes llenas de rascacielos, días de navegación intercalados donde disfrutar del barco y de la brisa que nos refrescaba en los calurosos días propios de estas latitudes, rojizos atardeceres contemplados desde la piscina de popa del Zaandam y largos paseos por cubierta, que han hecho de este crucero uno de los más increíbles que hayamos podido disfrutar hasta el momento. Un pequeño barco, y una increíble tripulación que nos ha hecho sentirnos muy especiales y casi como si estuviéramos en casa. Y unos países, Singapur; Tailandia; Camboya; Vietnam; China y Hong Kong que nos han cautivado y atrapado para siempre, sus monumentos, sus paisajes, la comida y sobre todo sus gentes.


Desembarcando del Zaandam en la Ocean Terminal de Hong Kong.

El skyline nocturno de Hong Kong


Un pequeño resumen  de un inolvidable viaje   que estaba   llegando a su  fin, después de  dos días de estancia   en Hong  Kong,  sentados en   el  interior de   las entrañas de un monstruo de Emirates,  llamado Airbus A380, y que iremos desgranado poco a poco, tanto del barco como de las ciudades, las maravillas naturales como sus   gentes, la luz, sus mercados... 2.671 archivos de vídeo  y   fotografías,  todo para que siempre pueda recordarnos lo felices que   fuimos  en   esos días, de   ese   mes  de   febrero, de  ese  año en el que celebramos mi cumpleaños navegando por el  mar del  sur  de  China. Este viaje nos abrió los ojos por el sudeste asiático, e hizo que se nos metiera por todos los poros de nuestra piel. Hizo que echáramos de menos sus colores, su riqueza cultural y sus olores, ese penetrante olor a comida típico de esta maravillosa zona de nuestro mundo.


8 comentarios :

Excelente reseña!!! Esperamos los proximos capitulos!! ;-)

Muchas gracias María. Esta vez voy a ver si voy un poco más rápido que se me acumulan las historias je,je

Que bien Nacho, otra vez sentada delante del ordenador leyendo tus historias, me encantan, espero que te animes y de verdad sean mas rápidas. Me encantan. Gracias por compartirlas

Y fotos de aviones. Eso me gusta.....:-)
Fran

Beatriz, esta vez voy a intentar hacer una entrada por semana, y si tengo tiempo intentaré que sean dos. No veas lo que se tarda en subir fotos, y para elegirlas ni te cuento

Y tengo más fotos de comidas Fran....hasta me he traído una minuta de uno de los menús. las otras minutas se me olvidaron. Por cierto, el A380 es mucho más cómodo y sobre todo muchísimo más silencioso que el B 777-300-ER. Vamos...ni color

El de Camboya donde lo sacasteis? y para Vietnam una o multiples entradas. Gracias

Hola Inma. Me imagino que te refieres a los visados. Tanto el de Camboya como el de Vietnam nos lo facilitaron abordo del Zaandam, y luego nos cargaron su coste en la cuenta de abordo de gastos.

Publicar un comentario