Tras nuestro paso por la preciosa ciudad de Cracovia -pinchar aquí para leer el artículo de Cracovia- nuestro "road trip" por las carreteras polacas continuaba hasta una de las citas ineludibles en todo viaje que se haga a Polonia. Y digo ineludible no por el componente lúdico o cultural ni mucho menos, sino más bien por un componente moral, de aprendizaje, de conmoción y también aleccionador, en suma un componente de vida en un lugar que sobre todo significa muerte. Todo eso y más simboliza Auschwitz y su hermano mayor Birkenau. Para poder visitar los campos de concentración nazis es imprescindible concertar la visita con antelación a través de internet y recomendable llegar con bastante antelación ya que el paso de controles de seguridad ralentiza el acceso y forma colas, sobre todo en la temporada alta de turismo. Las visitas guiadas se efectúan en los principales idiomas y entre ellos por supuesto está el español con lo que no nos perderemos ningún detalle sobre la infame historia de Auschwitz. Y lo primero que te encuentras al acceder al recinto es el célebre cartel "arbeit macht frei" que traducido al español viene a ser "el trabajo os hace libres".