jueves, 31 de mayo de 2012

Ho Chi Minh; la gran urbe de Vietnam



Ho Chi Minh es el nombre oficial de la antigua ciudad de Saigón desde el final de la guerra y la reunificación de Vietnam, aunque ni sus propios habitantes lo utilizan. Ellos prefieren referirse a esta enorme y extensa urbe asiática por su primera denominación; Saigón. El acceso a la antigua capital por barco se realiza a través del puerto de Phu My después de una hora de navegación por el pequeño delta que forma el río Nha Be. Una vez que desembarcamos del Zaandam, tomamos unos de los buses que nos dejaría en pleno centro de Saigón. A pesar de estar el puerto a más de una hora del centro urbano, Saigón tiene tal extensión que no dejamos de ver en todo momento enormes atascos de motos y toda clase de negocios que prosperan a orillas de algo que se asemeja lejanamente a una autovía, todo combinado con grandes extensiones de arrozales. También desde Phu My se suele comenzar las vistas a la red de túneles de Cu Chi, utilizados por el vietcong en la guerra, y que llegan hasta la frontera de la vecina Camboya. Algo que decidimos obviar ya que yo no me meto en esos claustrofóbicos  túneles ni por todo el oro del mundo. 



Desembarcando del Zaandam en el río Saigón.


Y llegamos al centro de Saigón. La imagen preconcebida que teníamos de la ciudad más poblada de Vietnam era de una caótica y sucia urbe, incómoda para andarla y visitarla, y totalmente impersonal. Pues bien, como muchas de las veces que nos formamos una idea preconcebida en la cabeza, ésta resultó totalmente falsa. No diré en todos los aspectos, porque algo caótica en el tráfico si que resulta, pero bastante ordenada dentro de lo cabe, con cruces regulados por semáforos que la mayoría de los conductores respetan, aceras limpias y transitables, y sobre todo con un aire colonial que le dan los muchos  edificios heredados de la época francesa , y que se reparten por las calles del centro. Una ciudad por la que apetece deambular y descubrir algunos de sus encantos, sus mercados y sus curiosos y básicos  museos, y que comenzamos a explorar por el edificio que hace las veces de ayuntamiento, sede del comité popular u Hôtel de Ville, y que continuamos en un calmado paseo hasta el Palacio de la Reunificación. Por el camino nos encontramos con simpáticos vendedores ambulantes de cocos, que "desinteresadamente" se brindaban a orientarnos en nuestra búsqueda del Palacio de la Reunificación y de otros polos de atracción turística.  Es un edificio histórico, ya que en él se escenificó la entrega de poder por parte del  gobierno de Vietnam del Sur, y donde acabó la guerra del Vietnam. Por lo demás no resulta especialmente interesante, arquitectónicamente hablando, pero es de obligada visita estando en Saigón.


Continuamos el paseo por las calles y bulevares de Saigón hasta llegar a la catedral de Notre Dame, otra herencia francesa y que luce imponente en medio de la plaza del mismo nombre. Una de las cosas que más me han sorprendido en nuestra estancia en el sudeste asiático es el seguimiento de la religión católica, y de como sus fieles abarrotan las iglesias hasta tal punto que muchos tienen que escuchar las homilías desde el exterior de los templos.


Y otra de las curiosidades con la que nos topamos es el gran número de bodas que se celebran en Saigón.  Incontables las parejas que pudimos ver en nuestra visita a la ciudad, y no sólo en los alrededores de Notre Dame, porque hasta en el  elegante edificio que alberga el museo de Ho Chi Minh había parejas haciéndose el reportaje fotográfico. Yo por mi parte inmortalicé a unas cuantas parejas de novios porque, no se por qué extraña razón,  les entusiasma posar ante las cámaras fotográficas de los turistas.

Una muestra....

....y este otro ejemplo. Los trajes de ellos no tienen desperdicio.





Justo frente a la catedral de Notre Dame un edificio nos llamó poderosamente la atención, la oficina central de correos de Ho Chi Minh City, un precioso edificio colonial construido por el mismísimo Gustave Eiffel. El interior es sencillamente espectacular, casi podría confundirse con una estación de trenes, con una enorme bóveda soportada por columnas de hierro forjado. Uno de los edificios más bellos de Saigón.


espectacular bóveda interior

Retrato de Ho Chi Minh presidiendo el hall de la oficina de correos

Las calles de Saigón invadidas por las motos


Nuestro tranquilo paseo por Saigón continuó por algunas de las calles del centro, en busca del museo de Ho Chi Minh City Museum, uno de los museos más importantes de Saigón, donde se muestra una parte de la historia del pueblo vietnamita. Posee varias secciones dedicadas a la ocupación norteamericana y a la ocupación francesa, con piezas expuestas que van desde fusiles utilizados en la guerra a tanques, aviones y helicópteros rescatados tras la misma. Pero no todo está dedicado a guerras o invasiones, ya que también pudimos conocer parte de la historia vietnamita, de su evolución económica y de sus gentes. Por si fuera poco, uno de los mayores atractivos del museo es el propio edificio donde está ubicado. Una belleza de palacio neoclásico de finales del siglo XIX, y donde hay que ir esquivando parejas de novios que vienen también aquí a fotografiarse en sus escaleras y jardines.




En una de las paredes del museo de la ciudad se exhibía esta bonita fotografía de un antiguo crucero atracado en uno de los muelles ubicados en el río Saigón. Desconozco de que buque se trata.







Un paseo muy agradable, y unos cuantos bulevares y una docena calles más tarde, llegábamos al enorme mercado de Ben Thanh levantado junto a la gran plaza de Quach Thi Trang donde luce en lo alto de la glorieta una estatua de un héroe nacional vietnamita de nombre impronunciable. El mercado de Ben Thanh es, probablemente, unos de los mercados más populares y visitados de Saigón, tanto por turistas como por los locales. Está dividido por sectores cada uno con su actividad distintiva, y en él es posible encontrar desde trajes y telas de seda a malas copias de marcas de vestir o relojes, frutas, calamares, pescado y gambas secos, y té de todo tipo y sabores.  Y un buen puñado de puestos de comidas donde poder saborear las excelencias de la cocina vietnamita en un simple bol, mientras observas el regateo  de los compradores en los puestos vecinos. Una de mis zonas favoritas.


En Saigón hasta el regateo se hace de forma tranquila. El estrés no tiene cabida en estas latitudes

Ya en la recta final de nuestra vista a Saigón, fuimos a admirar la bonita arquitectura colonial del Teatro de la Opera de Saigón, uno de las edificaciones más visitadas de la ciudad de Ho Chi Minh. Desde su construcción ha servido para ejercer de diferente funciones según la época, a parte de la teatral que fue para la que se concibió. Aunque todavía nos quedaba bastante tiempo para callejear , pero eso en el próximo capítulo.


Unas entrañables ancianas vendiendo cocos y agua frente a la ópera

3 comentarios :

Hola Gabriela.

Perdona por la tardanza en contestarte pero me encontraba de viaje por Australia y acabo de regresar. Contestando a tu pregunta nosotros subimos a un autobús que ponía la compañía de cruceros y que nos dejaba justo en el centro de la ciudad. A partir de ahí estuvimos explorándola por libre ya que resulta muy segura y los atractivos turísticos se encuentran concentrados en el centro y resultan fáciles de acceder caminando. Así que con lo del guía de habla hispana no te puedo ayudar ya que no conozco a ninguno.

Saludos.

Nacho, en taxi desde el puerto al centro y luego patearlo es fácil?

Cuando yo estuve en el año 2012 el barco atracó en el río en los muelles de contenedores. AL puerto no dejaban acceder a taxis. La ciudad queda algo lejana y aunque es muy probable que fuera del recinto haya taxis yo que tú pillaba el transfer de la naviera. Luego patear el centro de Saigón es muy sencillo....todo queda relativamente cerca andando

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