id='fb-root'/>

martes, 3 de enero de 2017

Lombok; en ruta al volcán Rinjani


Tras un reparador sueño en el que conseguimos recuperarnos de la anterior noche que pasamos casi en vela, fuimos a desayunar mientras esperábamos a que nos llevaran la moto que habíamos alquilado el día antes. La mejor forma de moverse por la isla por sólo 60.000 rupias. Nuestra idea para ese día era ir a explorar el norte de la Isla de Lombok parando cuando nos apeteciera en la playas mas bonitas, contemplando las llanuras presididas por el intenso verde de los arrozales, las mezquitas que nos encontráramos a nuestro paso y acabar haciendo una incursión al interior de la isla hasta acercarnos lo más posible hasta el imponente Volcán Rinjani. Y así lo hicimos, una ruta en moto por las carreteras de la isla en la que no tardamos en hacer las primeras paradas. La zona de Senggigi, a parte de ser casi la única en disponer de alguna infraestructura turística, ofrece muchas pequeñas bahías con playas totalmente desérticas y unas idílicas aguas de un profundo color turquesa, donde a lo sumo te cruzas con algún local. Esto, hoy en día, no es fácil de encontrar en este pobladísimo planeta en el que vivimos.  




Al norte de la Isla de Lombok, siguiendo la carretera costera, continuamos haciendo pequeñas paradas para contemplar la belleza de las playas y la vida local. Aquí no hay turistas, no hay resorts, ni siquiera hay casas de huéspedes o dormitorios comunitarios para mochileros. Sólo sus playas de arena oscura que ocupan las barcas de pesca, casi la única actividad económica junto a los cultivos de los campos de arroz del interior. Y precisamente, al interior de la isla, es donde íbamos después de las paradas costeras.




Una vez abandonada la zona costera, y con las primeras incursiones en las carreteras del interior de la isla, pudimos ver los primeros campos de arroz de Lombok. Inmensas llanuras inundadas hasta llegar a las inmediaciones de las colinas y los palmerales a las afueras de las pequeñas poblaciones donde no suele faltar una mezquita, y a veces incluso dos.




Evidentemente no somos los primeros turistas en movernos en moto por esta isla, pero si que es verdad que no es habitual cruzarte con viajeros en las carreteras. Muchos viajeros prefieren pasar dos o tres días descansando en Senggigi y prácticamente no se mueven de ese entorno. Nosotros, por ejemplo, sólo nos cruzamos con otra pareja en todo nuestro periplo por la isla. Así que no es de extrañar que casi siempre fuéramos el foco de las miradas de muchos campesinos de los campos de arroz, o de los niños que salían de la escuela que nos miraban con la curiosidad de lo poco habitual, de lo diferente. En lo que no hay duda es en la simpatía que destilan estas gentes.






Ya avanzada la mañana comenzamos a ascender por la estrecha carretera que lleva al Volcán Rinjani. Serpenteado por las laderas el paisaje fue cambiando paulatinamente a medida que tomábamos altura y los bosques comenzaban a cubrir toda la superficie de terreno volcánico, aunque aún quedaban plantaciones de arroz en terrazas superpuestas. Pronto llegamos al centro de interpretación del Monte Rinjani donde pudimos hacer una parada para tomarnos un refrigerio y seguir disfrutando de las vistas. De aquí suelen partir los tours que visitan el cráter del volcán y que suelen durar un par de días con un ascenso de dificultad media. Algún guía propone hacerlo en un sólo día pero no estoy muy seguro de ello. Nosotros lo único que queríamos era acercarnos lo más posible y sobre todo descubrir los diferentes paisajes de esta preciosa isla.




Y tras la incursión por el interior de la Isla de Lombok aún nos quedaba tiempo suficiente para hacer alguna que otra parada. Una de ellas fue en una hermosa playa desierta donde sólo se atisbaban en la lejanía unas barcas de pescadores varadas sobre el arenal y unos pescadores lanzando sus cañas sobre las rocas del arrecife. Y casi de la nada aparecieron por la orilla un pastor junto a un pequeño rebaño de bóvidos. Una visión irreal a contraluz. Ese fue uno de los instantes, de las postales que nos traemos del viaje grabada en nuestras mentes.






Otro día intenso que quisimos acabar en nuestro rincón de la Playa de Senggigi, y de nuevo aprovechándonos de la hora feliz. Y de nuevo también, como el día anterior, volvíamos a vivir otro inolvidable atardecer con el Mar de Bali como protagonista, un instante mágico que llenaba de paz y serenidad a todos los que nos reuníamos para contemplarlo sobre las arenas de la Playa de Senggigi




Cuando la noche cayó sobre Lombok dimos una paseo por la pequeña población de Senggigi mientras curioseábamos las cartas de los restaurantes que se alinean a lo largo de la carretera principal. Tras varias indagaciones nos decantamos por un restaurante local donde probamos algunos de los platos de las especialidades de la isla. Y a la cama a descansar que por la mañana nos esperaban las Islas Gili y tocaba cambiar de alojamiento.




2 comentarios :

Fantástico paseo en moto, os permite tener una visión mas intima y natural de la zona.

Has visto cómo lo pasamos en la moto por esos rincones del planeta? Divertido y un buen medio de transporte en el sudeste de Asia

Publicar un comentario