Este pequeño pueblo emplazado a orillas del Río Nansa, en el valle del mismo nombre, en el corazón del occidente de Cantabria, y a las puertas de la famosa Cueva del Soplao y de la Cueva de Chufín, esta última Patrimonio Mundial de la Humanidad, apenas posee 200 habitantes. Su arquitectura es realmente bella con magníficas casas montañesas con adornadas balconadas hechas en fuerte roble y su vida sumamente tranquila.. Pasear por sus pequeñas calles y sus fincas colindantes donde el ganado vacuno y caballar pace tranquilamente en sus verdes "praos" es un verdadero placer para los sentidos. Su iglesia parroquial que data del siglo XVII posee en su interior un altar barroco profusamente decorado. Al igual que el edificio parroquial dedicado a San Pedro, el resto de las casas y construcciones de Celis se encuentran en perfecto estado de conservación estando la inmensa mayoría ocupadas, muy alejado de la imagen de pueblos abandonados, brindando todo ello una imagen de un pueblo vivo y con carácter. Una de las más representativas es la Casa de La Campona, con su escudo blasonado y es el mejor ejemplo de estilo barroco montañés. La fotografía de cabecera muestra la fachada de la casona.