Bologna bien merece dedicarle toda una jornada. Capital de la región de Emilia-Romagna, esta ciudad, cuyo casco histórico es Patrimonio Mundial de la Humanidad, nos sorprendió por la grandiosidad y lo bien conservado que tiene su centro histórico. Es conocida por la Ciudad Roja debido al color de sus tejados y ladrillos de las fachadas de los edificios. La verdad es que ya íbamos avisados sobre la monumentalidad y lo mucho que merecía la pena visitarla, algo que pudimos observar durante la preparación de nuestro viaje, pero nos ha sorprendido por encima de nuestras expectativas y nos hemos traído un muy buen recuerdo. Quizás haya tenido que ver con ello el ambiente que tenía a pesar de las fechas de veraniegas. No hay que olvidar que Bologna es una de las ciudades universitarias por excelencia y eso llenaba las terrazas y bares de vida. Y no precisamente por el turismo que, aunque también lo hay, no es ni mucho menos tan masivo como el de otras ciudades y localidades italianas, que son literalmente invadidas por hordas turísticas.