Nuestro primer día en Jerusalén no cabíamos de emoción. En realidad habíamos llegado la tarde anterior, aunque sólo habíamos podido disfrutar de un paseo por los alrededores de la Ciudad Vieja de Jerusalén bajo la luz de las farolas en busca de un restaurante para cenar. Pero esta mañana la Ciudad Vieja lucía formidable bajo la dorada luz del sol y, tras desayunar en nuestro hotel de la parte árabe de la ciudad, nos dirigimos por los revirados callejones hasta la Puerta de Los Leones. En esta puerta da comienzo la Vía Dolorosa, la misma donde se inicia la procesión de Viernes Santo, la misma donde comenzamos nosotros nuestro particular recorrido por las estaciones de penitencia. Si bien es cierto que la Primera Estación es la del juicio de Pilatos a Jesús y su posterior condena a muerte al comienzo de la Vía Dolorosa, visitar esta estación resulta complicado si no vas con un guía pagado. En el cercano Huerto de los Olivos fue donde Jesús fue prendido por los soldados del Sanedrín, ésta visita preferimos dejarla para otro día ya que la jornada que teníamos por delante iba a ser larga.