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martes, 25 de octubre de 2011

Flam y el Fiordo de los Sueños



Son las cinco menos cuarto de la madrugada y el despertador suena estruendosamente en la mesilla de noche de nuestro camarote. A esas alturas ya ha amanecido aunque el Queen Mary 2 lleva navegando varias horas en la oscuridad de la noche por  el   Sognefjorden, o el Fiordo de los Sueños que,  con sus 204 kilómetros de longitud, es el fiordo más largo de Noruega. En seguida nos desperezamos y acudimos al privilegiado mirador bajo el puente de mando que nos ofrece unas vistas panorámicas de casi 360 grados. El Queen Mary 2 está a punto de entrar en el fiordo Naeroyfjord, un estrecho brazo de mar Patrimonio de la Humanidad, con cumbres de más de 1200 metros de altitud y estrechos pasos de 250 metros de anchura en los que a veces parece imposible que un barco de estas dimensiones pueda maniobrar y navegar por estas tranquilas aguas. Me pareció simplemente espectacular contemplar la suavidad con la que la proa cortaba el espejo en que se había convertido  la superficie del mar, y la delicada estela que dejaba tras de si. Fue una experiencia única e inolvidable, y eso a pesar del frescor de las primeras horas de la mañana, y el destemple de nuestros cuerpos, propio de haber dormido escasamente cuatro horas. 

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jueves, 20 de octubre de 2011

Alesund; la esencia del modernismo nórdico


Después de una preciosa jornada de navegación que nos sirvió para explorar en profundidad el Queen Mary 2, arribamos al puerto de Alesund.  Enclavada en un entorno excepcional, rodeada de fiordos y montañas, es la ciudad modernista de Noruega. Y todo debido a un voraz incendio que destruyó una gran parte de la ciudad en el año 1904 y que dejó a centenares de familias sin casa. El plan consistió en edificar una nueva Alesund en sólo cuatro años en un maravilloso estilo "art nouveau" que le dan ese estilo único a esta pequeña y singular ciudad. Y esa fue la primera visión que tuvimos desde las cubiertas  del Queen Mary 2, que servían de privilegiadas plataformas de observación, y nos gustó mucho. Rápidamente nos dispusimos a desembarcar, y como sería la tónica del resto de las escalas del crucero, con un desembarque asombrosamente ágil.

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