Aún disponíamos de otro día completo para gastar en Yogyakarta antes de tener que volar al día siguiente a Kuala Lumpur y dar por finalizado nuestro increíble viaje por Indonesia. Esta vez decidimos dedicar la mañana a dar una vuelta por la ciudad, cuna de la civilización en Java y conocer algunos de los lugares más turísticos de la misma y con suerte ver algún mercado local. Y para moverse lo mejor sin duda es una moto. Alquilamos la moto del dueño del hotel donde nos alojábamos, un simpático expatriado francés que llevaba residiendo en Yogyakarta 35 años y, de hecho, ya no era francés ya que había sido el primer europeo en obtener el pasaporte de Indonesia. En fin, que con la moto en nuestro poder nos dirigimos al monumento más famoso de Yogya, el Palacio del Sultán.