sábado, 19 de diciembre de 2015

Caen; renacida desde los escombros


La ciudad de Caen sufrió lo indecible los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial. Un capítulo de la historia del desembarco del que casi no se habla y que tuvo como resultado la muerte de más de 20.000 civiles a causa de los bombardeos  aliados, y una destrucción de la ciudad de un 80 por ciento de su superficie. Y en parte parece que no se habla demasiado de este episodio porque se hace difícil de asumir la contradicción que los amigos aliados causaran tantas muertes y tanto dolor al pueblo normando y a la vez fueran sus libertadores. Es posible aprender mucho más acerca de este capítulo de la historia en una visita al museo del Memorial de Caen, uno de los lugares más visitados de la ciudad. Pero al margen de las historias de guerra inherentes a una visita a Normandía, la ciudad de Caen una vez concluida la reconstrucción volvió a brillar con luz propia, con sus grandes monumentos destacando sobre el horizonte de la ciudad y con la apacible vida tan típica del norte francés plenamente recuperada. Y en esas estábamos nosotros, en recorrer las calles y la historia de Caen, comenzando por la sobria iglesia de Notre Dame de Froide Rue.


Desde lo alto de las murallas del Castillo Ducal de Caen se disfruta de unas fabulosas vistas panorámicas de la ciudad de Caen, y de un primer plano privilegiado de la iglesia gótica de Saint Pierre con sus espectacular campanario.


En el centro histórico de Caen se puede disfrutar de paseos pausados por sus calles peatonales liberadas del tráfico de coches, y de sus edificios perfectamente restaurados en unos casos o reconstruidos en otros. A pesar de su cercanía la arquitectura de Caen parece tener poco que ver con su homóloga Rouen. Aquí la piedra blanquecina parece dominar casi todo, aunque también sobreviven casas con sus fachadas de entramado de madera.




La Abadía de los Hombres, antiguos edificios que servían de convento, albergan hoy en día las oficinas de la administración local de Caen. Ubicados frente a una gran parque, anexo a ellos está la iglesia abacial de St.Etienne, un gran templo ejemplo de la arquitectura románica y gótica. En su monumental interior se encuentran sepultados los restos de Guillermo El Conquistador.




Frente al altar mayor de la iglesia de St-Etienne se encuentra situada la sepultura de Guillermo el Conquistador. La nave de esta iglesia abacial es realmente impresionante y de una altura sorprendente.




Dejarse llevar en un paseo sin rumbo fijo a lo largo de las calles empedradas del centro de Caen es una buena idea. En esos paseos es donde nosotros intentamos tomar el pulso a la vida cotidiana de la gente que habita la ciudad, sus comercios más típicos donde dispensan desde los productos delicatessen regionales hasta las pastelerías con más historia, en una de las cuales tuvimos la suerte de saborear una de las mejores palmeras de hojaldre que hayamos podido probar. Además siempre se agradece sentarse en una terraza para disfrutar de un rico y calentito "café au lait".






El Castillo de Caen es la atracción principal de la capital de la región de la Baja Normandía. Este inmenso complejo fue el Palacio de Guillermo el Conquistador que sirvió de fortaleza real en un primer uso, para más tarde reconvertirse en un cuartel fortificado de infantería según rezaban los postes informativos del castillo. Al adentrarse en su interior invita al visitante a detenerse en sus museos y las exposiciones que allí se realizan con sus correspondiente tienda de recuerdo y souvenirs, cómo no.


Pero no nos vamos a engañar, lo mejor es recorrer y pasear por sus impresionantes y robustas murallas que además ofrecen unas espectaculares vistas de la ciudad de Caen. Viendo la fortaleza uno casi puede empezar a imaginar las batallas, acontecimientos y momentos vividos por estos muros que culminaron con los bombardeos aliados previos al Día D. Sin duda que será uno de los lugares al que le dedicamos más tiempo y donde más nos divertiremos.






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