Antes de iniciar el viaje, como siempre, había estado preparando la visita un poco, para saber por donde iban a ir los tiros en nuestra visita a la Isla de Kauai. Toda la información que fui capaz de recopilar coincidía en señalar esta isla como la de naturaleza más salvaje y agreste, con unos escarpados y poco accesibles acantilados al noroeste de la misma (la costa Na Palí), y con el mayor cañón del Pacífico (el Cañón de Waimea), con una densidad de población muy baja y con una riqueza forestal impresionante. Por todo coinciden en señalarla como la isla jardín del archipiélago hawaiano. Por empezar la pequeña y resguardada Bahía de Nawiliwili, donde atracó no sin dificultad el "Sapphire Princess" es una maravilla paisajística, rodeada de montañas que desciende hasta la misma orilla del mar y de una fantástica playa donde poder practicar el surf o simplemente relajarse tumbados al sol en el perpetuo clima cálido de la isla. Pero iré por partes. El primer lugar que fuimos a conocer son las extensas plantaciones de café y una de sus plantas de procesado. A lo largo de las pistas de tierra que discurrían por los cafetales perfectamente alineados, también contemplamos antiguas y típicas construcciones que servían de morada para los trabajadores y cultivadores de café.