Una vez dejamos atrás Hallstatt, nuestro recorrido por esta maravillosa parte de Austria continuó con las ascensión a la localidad de Bad Aussee, que posee una arquitectura propia muy distinta del resto de localidades vecinas, y el pequeño pueblo de Grundlsee.Y digo ascensión porque las pendientes que sortean el macizo de montañas donde está enclavado Bad Aussee superan el 34% en algunas ocasiones. Al regreso de nuestra visita a estas localidades nos sorprendió una gran tormenta que oscureció el cielo, y tengo que reconocer que descender estas pronunciadas pendientes convertidas en improvisados ríos, por supuesto en primera velocidad y sin casi tocar los frenos del coche, daba cierto respeto y nos recordó lo rápido que puede cambiar el tiempo por estos impresionantes macizos. Una vez de regreso al pueblo de Obertraun, situado en la orilla opuesta a Hallstatt, volvió a lucir el sol en todo su esplendor.
La localidad de Grundlsee nos recibió con una persistente lluvia