El último día en Reykjavik lo aprovechamos, precisamente, para conocer la pequeña capital de Islandia. Entregamos el coche de alquiler a primera hora de la mañana ya que de poco nos iba a servir en nuestra visita a la ciudad, porque su pequeño tamaño y el hecho de la que la mayoría de los puntos de interés estén muy concentrados la hace totalmente abarcable a pie y sin necesidad de utilizar el transporte público. Y como buenos amantes de la arquitectura que somos (sobre todo de la arquitectura moderna y de vanguardia), y lo que a priori más interés nos suscitaba era el impactante centro cultural "Harpa", esa fue la primera parada que hicimos en nuestro recorrido por Reykjavik.