Tras varios años deseando e intentando encontrar el momento, las fechas y, por qué no, el precio para viajar al Japón, a finales del año pasado me topé con una tarifa bastante atractiva para poder, al fin, viajar al país del Sol Naciente. La premisa para el vuelo era entrar por la capital, Tokio, y regresar después desde el fabuloso aeropuerto de Kansai de Osaka. Este vuelo multi destino nos permitiría poder llevar a cabo una verdadera exploración del Japón y una verdadera experiencia en el país en los dieciocho días de viaje de que disponíamos, permitiéndonos de ese modo disfrutar de cada ciudad y de cada pueblo con la suficiente calma y sosiego para mantener el recuerdo vivo por mucho tiempo. Podíamos haber abarcado aún más visitas, más ciudades, pero siempre sería a costa de mermar dedicación a lo importante, y pasar de refilón por muchas de ellas sin dedicarlas el tiempo que necesitaban, conservando apenas algún ligero recuerdo. Además, por comodidad y simplicidad, debíamos partir desde el aeropuerto de nuestra ciudad, Santander, o si no era posible encontrar un precio atractivo volando desde el Seve Ballesteros salir desde el cercano aeropuerto de Bilbao. Y desde Bilbao fue donde al final volamos a Japón gracias a las tarifas que cargó Air France.
Una vez arreglado los vuelos el siguiente paso en la organización del viaje pasaba por lograr encontrar alojamientos que fueran buenos, bonitos y lo más baratos posibles, pero siempre intentando buscar la calidad y la garantía de unas buenas opiniones de los usuarios de los alojamientos, y por consiguiente la garantía de una estancia satisfactoria. Ahí nos llevamos el primer chasco, ya que los hoteles de cuatro estrellas bien situados en Tokio superaba ampliamente el presupuesto que nos habíamos marcado, incluso buscando los de categoría de tres estrellas en las zonas céntricas que nos gustaban lo rebasaban con creces. Ahí fue donde el capítulo de alojamiento dio un giro. Decidimos buscar apartamentos de particulares que cumplieran nuestras premisas, es decir, bien situados, con buenas calificaciones por parte de los usuarios y lo más baratos posible. Para ello hay varias web en la red que dan cobertura a los apartamentos, y de las más reputadas es AirBNB. Tras muchas búsquedas nos quedamos con un apartamento muy bien calificado y excepcionalmente situado cerca de la estación de trenes de Shinjuku, la más transitada del mundo, y con acceso a casi cualquier lugar de Tokio y del propio Japón. Además con unas vistas increíbles del skyline de Shinjuku y un módem portátil para disponer de conexión a internet en todo momento por la calle, también incluido en el precio del apartamento. Al lado del apartamento había cafés, restaurantes y un supermercado Seven Eleven abierto las 24 horas. El resultado final de nuestra estancia en él fue muy bueno, y por 83 euros la noche.
Para la estancia en la siguiente parte del viaje en tierras del interior rural del Japón nos decidimos por el hotel Super Hotel Hida de Takayama. Tampoco la oferta hotelera en esta localidad es demasiado amplia, y además el alto grado de ocupación no dejaba demasiadas opciones. Por una tarifa de 65 euros noche disponíamos de un hotel muy céntrico y cercano a la estación de trenes, desayuno, pijama, zapatillas y carta de almohadas, eso si en una habitación tamaño estándar de Japón, es decir muy pequeña, pero muy nuevo y limpio.
En Hiroshima también nos decantamos por un hotel, en este caso el Toyoko Inn Horoshima, y que cumplió perfectamente con nuestras expectativas. En esta ocasión la habitación era muy amplia y cómoda, sobre todo para el estándar japonés, y cercano a la estación de trenes y a los puntos de interés turístico de Hiroshima. Eso si el desayuno japonizado y sin demasiada variedad, pero suficiente para cumplir el expediente, y todo por 73 euros noche.
Por último teníamos que solucionar el alojamiento de Kyoto. Varios días de estancia requerían encontrar un buen lugar, céntrico, amplio, limpio y con buenas comunicaciones, algo fundamental en Kyoto ya que su movilidad se basa casi en exclusiva en su red de autobuses debido a que sólo dispone de dos líneas de metro. Y encontramos el apartamento ideal, con parada de bus en la misma puerta desde la que podíamos visitar cualquier monumento y lugar de interés de la ciudad, con supermercado cerca y con unas críticas muy favorables de anteriores huéspedes. Y desde luego que el Highland Shimabara Guest House superó nuestras expectativas de largo. Dos camas de 1.30 metros, mesa con sillas, pequeña cocina equipada con todo, amplitud, ordenador pc de sobremesa y conexión a internet, televisión y un baño súper amplio, con inodoro separado calefactado con chorros de agua eléctricos, un gusto, ducha y bañera con televisión incorporada y con aire acondicionado, y otro sin fin de gadgets. Junto al apartamento había una tienda de croissants y bollería artesanal regentada por una pareja de ancianos que es una maravilla, y que facilita mucho tener unos desayunos fantásticos Y lo mejor el precio ya que pagamos 54 euros noche. Estupendo.
Y tras los capítulos de aviones y alojamiento, ahora nos teníamos que poner con los desplazamientos internos por Japón. Y qué mejor para moverse cómodamente, con rapidez, puntualidad y seguridad que la red de trenes del país del Sol Naciente. especialmente sus icónicos Shinkansen, más conocidos como trenes bala. Aunque no nos vamos a engañar, un billete en un tren bala no es barato. Pero afortunadamente existe un invento de los ferrocarriles japoneses que pone a disposición del turista y viajero una tarjeta que sólo puede ser adquirida fuera del Japón y que se llama Japan Rail Pass. Con ella es posible utilizar todas las veces que se quiera los trenes Shinkansen y el resto de rápidos y trenes locales. Hay varios tipos de JRP, en cuanto a duración o por zonas. En nuestro caso adquirimos una Japan Rail Pass de 7 días válidos para todo la red de Japón y dos pases regionales de un día cada uno para los trenes de la prefectura de Kansai, es decir, Kyoto, Osaka, Himeji, Kamigori, Nara o Tsuruga entre otros.
Y éste fue el planteamiento de lo más fundamental en la planificación de este fabuloso viaje por Japón. Por supuesto que la organización y familiarización para sacar el máximo rendimiento a nuestro paso por el país nos ha llevado más tiempo. Conocer cómo funcionan los metros en Tokio, o la línea Yamanote de la Japan Rail tan útil para desplazarse entre zonas en Tokio, o la red de circunvalación de Osaka, la Loop Line, o aprender a manejar una aplicación tan útil como la de Hyperdia para encontrar los horarios y trenes y maximizar nuestro tiempo, entre otras muchas cosas, lleva obviamente su tiempo. Y por supuesto leer diferentes guías de viaje, blogs de viajes y experiencias de otros viajeros, sus recomendaciones y sus advertencias, horas y horas invertidas en ilusión por lo que estaba por venir, por nuestro tan ansiado viaje en tren por tierras japonesas. Otro sueño cumplido. Debajo enumero los gastos del viaje sólo con el objeto de mostrar que un viaje tan ambicioso a Japón se puede llevar a cabo con calidad y comodidad, además de con un presupuesto ajustado.
Gastos generales del viaje para dos personas
Billete avión Bilbao-Tokio y Osaka-Bilbao.............1.018 euros
Apartamento Shinjuku en Tokio................................504 euros
Hotel Súper Hotel Hida Takayama............................130 euros
Hotel Toyoko Inn Hiroshima........................................73 euros
Apartamento Kyoto....................................................325 euros
Japan Rail Pass 7 días............................................. 436 euros
Japan Rail Pass Kansai 2 días....................................72 euros
Aparcamiento coche Bilbao.........................................77 euros
Total.....................2.635 euros
Total gasto por persona.......................................1.317,5 euros
A estos gastos habría que sumar 120 euros más de reserva asientos duo en los vuelos trans continentales de Air France, los gastos de transporte de movernos por Tokio los cuatro primeros días hasta que activamos la Japan Rail Pass y que venían a ser unos 800 yenes al día (6.5 euros los dos), los trenes de traslado desde el aeropuerto de Narita hasta Shinjuku en Tokio que sumaban unos 20 euros los dos. Y cómo no, los gastos de entradas a templos, castillos y lugares de interés, comidas y cenas que no son nada caras en Japón , compras, recuerdos y souvenirs, incluida la espada katana que me he traído para casa.
En resumen, creo que una aventura de este calibre en el que hemos podido disfrutar de un gran viaje de dieciocho días de duración conociendo con calma amplias zonas de país, disfrutar de sus zonas nocturnas y sus restaurantes, de las grandes urbes y del Japón más tradicional, contemplando escenas tan impactantes como los andenes de los trenes a rebosar en hora punta, o los empujadores que hacen posible lo imposible metiendo a todo el mundo en los vagones, merece todos los esfuerzos. Maravillarse de paisajes nevados en pueblos perdidos, en valles rodeados de altas cumbres, o de las solitarias playas del Océano Pacífico en estas fechas invernales en Kamakura, de grandes castillos donde habitaron los samurai junto a sus señores y sobre todo de la extrema educación y afabilidad de un pueblo que acoge de buen grado al visitante, y que iré desgranando poco a poco con muchas fotografías, y como siempre hago con mi propia experiencia en la Tierra del Sol Naciente.
4 comentarios :
Fabulosa introducción! Nacho.... A seguirte, seguro!!
A día de hoy Japón ha aumentado mucho su turismo, de ahí que ciudades como Tokyo y Kyoto agoten rápido sus hoteles BBB.
No exagero cuando digo que, para encontrar algo céntrico y bien de precio, hay que buscarlo 6 meses antes para las épocas altas...una locura vamos jeje
Pero merece la pena el viaje, es un país estupendo ^_^
un saludo
Gracias José Manuel
La verdad es esa que dices Verónica. Reservé los vuelos dos meses antes y ya me encontré con bastante ocupación hotelera. Pero eso me sirvió para dar un giro y buscar apartamentos que nos ha resultado mucho más cómodo y más económico. Y desde luego que Japón es maravillosa
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