La región de los Lagos del Salzkammergut es una de las regiones más bonitas de Austria, y yo me atrevería a decir que de Europa. Los paisajes son absolutamente embriagadores, bucólicos, pero con vida, con gente. A diferencia de otras regiones europeas, aquí estos paisajes están salpicados por decenas de pueblos a cada cual más encantador. Son alrededor de 70 lagos rodeados de espectaculares montañas, con sus pueblecitos abrazando sus orillas y con un clima absolutamente cambiante… en cuestión de minutos diría yo.
Pero iré por partes. Abandonábamos Viena en dirección al estado de Alta Austria, pasando antes por la Abadía de Melk, el imponente monasterio encaramado sobre el río Danubio y haciendo una obligada parada en la ciudad medieval de Steyr. Tiene el casco histórico intacto, en perfecto estado de conservación. Es un delicia pasear por sus elegantes plazas, sus calles y sus pasadizos y callejones. El centro de esta preciosa localidad es la alargada plaza Stadtplatz. En ella se concentran el edificio del ayuntamiento con su campanario y las casas medievales que la circunvalan , y parten algunas calles comerciales hasta los rápidos del río y el Castillo (Schloss) de Steyr. Y en lo alto, dominando la ciudad la antigua iglesia Stadtpfarrkirche con su estilizado campanario y espectaculares vidrieras. Sin duda alguna merece la pena desviarse.
Vistas desde el río
Entrada al Castillo de Steyr
La plaza Stadtplatz con la Brummerlhaus, la casa medieval símbolo de Steyr
Continuamos recorriendo carreteras comarcales, entre paisajes de cuento, lagos de aguas cristalinas y verdes praderas ascendiendo por las laderas de las montañas, hasta llegar al hotelito que iba a ser nuestra casa durante los tres siguientes días. Eso si…después de dar un buen rodeo al estar cortada la carretera de acceso al pueblo por un gran desprendimiento de rocas y tierra. Es lo que tiene estar rodeado de montañas. Y por fin llegamos a St Gilgen, uno de los pueblos más bonitos de la región de Salzkammergut, a orillas del precioso lago de Wolfgangsee. Aquí nació la madre de Mozart y vivió durante muchos años la hermana del genial compositor. En las fechas de agosto que estuvimos, la parte del puerto a orillas del lago era una de las zonas más animadas de la pequeña localidad ya que se podía practicar muchos deportes náuticos y se toma los barcos que comunican con otras poblaciones del lago Wolfgangsee. Y lo mejor nuestro hotelito con encanto, o “Gasthöfe” como lo llaman los austriacos, el hotel Garni-Schernthaner . Una maravilla de experiencia alojarse en una de estas casitas de “chocolate“ o de cuento romántico, donde la propietaria, una robusta austriaca , no llenó de atenciónes, de simpatía, era como estar en casa de la tía, algo muy alejado de los hoteles convencionales y totalmente recomendable, obligatorio diría yo. Pasamos la tarde disfrutando de esta preciosa localidad, tomando algo junto al lago y cenando en uno de sus muchos restaurantes típicos.
Preciosa estampa del Hotel-Garni Schernthaner
La Plaza Mayor de St Gilgen
El Lago Wolfgangsee
Al día siguiente nos levantamos con mucha expectación, nos esperaba uno de los pueblos más bonitos y con más encanto de Austria y, quizás, de toda Europa. Nos esperaba Hallstatt, la joya de la región de los lagos . Después de un completo desayuno salimos en dirección a Hallstatt, conduciendo por unas carreteras con unos paisajes absolutamente maravillosos. Y en poco menos de una hora, y después de atravesar las entrañas de las montañas por un largo túnel , se nos abrió ante nuestros ojos la visión casi irreal y de cuento de princesas de Hallstatt, y el cartel anunciador de los cinco parking públicos de que dispone, con lo que ya se presupone lo turístico que es el pequeño pueblo. Aunque tuvimos mucha suerte. Primero porque, a pesar de ser pleno verano, sólo dos de los parking estaban completos con lo que pudimos disfrutar del pueblo sin agobios ni saturación de turistas. Y segundo porque a pesar de haber llovido algo durante el camino, rápidamente las nubes comenzaron a disiparse por arte de magia y nos lució un sol espléndido la mayoría del tiempo. Y es mucha suerte ya que en esta región de los lagos, rodeados de altas cumbres, el tiempo cambia radicalmente en cuestión de minutos y la temperatura puede caer diez grados en media hora. Pasear por las estrechas calles de Hallstatt es una gozada y una experiencia en cada esquina que doblas. Es imposible dar dos pasos y no encontrarse con rincones, recovecos con vistas al Lago Hallstätter See, o balcones floridos que merezcan ser fotografiados varias veces. Hay un funicular que te asciende hasta una antigua mina de sal, parece ser que una de las más antigua del mundo, y que ofrece espectaculares vistas en días despejados. Comimos estupendamente en un restaurante con vistas al lago y con parte del pueblo como telón de fondo, y curiosamente ocupamos la misma mesa que más tarde ocuparía el equipo de “españoles por el mundo de TVE” en su periplo por Austria. Pero lo mejor que puedo hacer para resumir las excelencias de este pueblo Patrimonio de la Humanidad, es colocar algunas de las decenas de fotografías que le hicimos.
La primera visión desde la entrada al pueblo
Las casas se encaraman por los montes
Plaza principal de Hallstatt
Vista idílica de Hallstatt. A algunas de sus casas sólo se puede acceder en barco
Ascendiendo al cementerio
La animada plaza principal
Las vistas que disfrutamos desde nuestra mesa
Cerdo, chucrut y pastel de patatas y verduras. Comida contundente para climas extremos
Una sencilla pero riquísima tarta de chocolate. Especialidad del lugar junto a la de queso
En el lago Hallstätter See está prohibida la navegación a motor
salvo los barcos turísticos y de línea que comunican sus orillas
2 comentarios :
Vamos, la comida totalmente light. Y los edredones, endemoniados. Nunca sabes como meterte en ellos. jejeje
Si que es curiosa la costumbre esta de dejar el edredón plegado sobre la cama sin hacer. La primera vez que lo vimos fúe en Alemania..en Heidelberg. Nos quedamos un poco perplejos..pero bueno típico de la zonas germánicas...como la comida...bien energética je,je. Te puedes creer que pasamos de 22 grados a 12 grados en sólo media hora y al cabo de otra hora más la temperatura volvió a subir a más de veinte gardos
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