Tras haber pasado la mayor parte de este viaje a los Estado Unidos en los benignos climas de los estados de California y de Hawaii, aterrizar en Chicago un mes de febrero con temperaturas de 8 grados bajo cero es un contraste formidable. Siempre es un riesgo visitar la ciudad de los vientos en pleno invierno por los problemas que puedes llegar a encontrar con las duras condiciones meteorológicas que se soportan los estados de los Grandes Lagos. Pero a pesar del intenso frío, los dos días que permanecimos en Chicago el sol no dejó de acompañarnos en todos los paseos que nos dimos, y nos permitió disfrutar sin obstáculos de ella. Nos alojamos en el magnífico hotel The James junto a la principal calle de Chicago, la llamada Milla Magnífica, que es como es conocida la parte norte de la Avenida Michigan. Y ahí comenzamos a recorrer la ciudad, empezando por la preciosa zona del río de Chicago.