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miércoles, 25 de abril de 2018

Cracovia; escapada a la Mina de Sal de Wieliczka


Este nuevo día en Cracovia amanecía nublado y algo plomizo aunque acompañado de muy buenas temperaturas. Desafortunadamente el astro rey había decidido privarnos de esa luz tan maravillosa  que siempre favorece unas buenas fotografías. Tras recorrer el día anterior los principales monumentos de la ciudad   -leer aquí el post de Cracovia-,   el objetivo principal de este segundo día era visitar las Minas de Sal de Wieliczka, y para ello habíamos reservado la visita guiada en español a primera hora de la tarde, algo casi imprescindible en temporada alta ya que las visitas en español están limitadas. Si  no se reserva con antelación se corre el riesgo de tener que hacerla en polaco o con suerte en inglés. Mientras llegaba la hora, y ya que la parada de autobús que va al pueblo de Wieliczka se encontraba muy cercana a la Plaza del Mercado, decidimos pasar parte de la mañana disfrutando de la enorme y preciosa plaza, de sus edificios emblemáticos, de sus bonitas calles adyacentes y de alguna que otra cervecita en las terrazas que rodean la plaza.

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viernes, 13 de abril de 2018

Cracovia; descubriendo la ciudad


Tras dejar atrás la regiones italianas del Piamonte y la Lombardía en las que gastamos los primeros días de viaje, un vuelo de Ryanair nos trasladaba hasta la bella ciudad polaca de Cracovia. Esta ciudad sería el punto de partida del comienzo de nuestro "road trip" a través de las carreteras polacas visitando algunas de las ciudades y regiones más interesantes de Polonia. Pero primero tocaba explorar la ciudad a la que Juan Pablo II estuvo tan unido durante toda su vida. La visita a Cracovia casi siempre comenzará por la maravillosa Plaza del Mercado, y seguramente después se opte por desfilar por la larga calle Grodzka que desemboca en la colina de Wawel lugar donde está emplazado el castillo del mismo nombre y la catedral gótica. Y eso mismo hicimos nosotros para no complicarnos en ese primer día, con la salvedad de perdernos por algunos pasajes y callejones del centro de Cracovia.
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martes, 20 de febrero de 2018

Marrakech (2); el zoco, el Museo de Marrakech y ......................... los Jardines Majorelle.


Otro día en Marrakech que comenzamos con un completo y sabroso desayuno en nuestro riad en La Medina. El día anterior lo habíamos dedicado a la parte sur de la ciudad vieja -Pinchar para leer la entrada de Marrakech y sus palacios- y este nuevo día tocaba el norte de la misma. Tras coger fuerzas nos dirigimos hacia el Zoco de Marrakech para perdernos por sus estrechas y enrevesadas callejuelas llenas de tradición y sabor antiguo. Sus incontables comercios de todo tipo y talleres de oficios tradicionales dotan a esta parte de la Medina de Marrakech de una magia difícil de explicar, llena de vida y color. Conviene no marcarse tiempos, disfrutar de la experiencia pausadamente. Correr aquí es perderse los detalles y matices que son el germen cultural de la ciudad y del país, y que hace de Marrakech -y de todo el Magreb en general- una ciudad o una zona  enormemente rica en su cultura de comercio tan arraigada en estos pueblos.

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miércoles, 7 de febrero de 2018

Marrakech (1); Palacios de Badii y de Bahía, el Mellah y Jemaa el Fna de noche


Marrakech es una de las ciudades más emblemáticas del norte de África, en eso no hay duda, y lugar de reunión de buena parte de las celebridades europeas y americanas, donde pasan o pasaban largas temporadas en sus lujosas residencias. Hasta la fecha no nos habíamos planteado planificar un viaje por la geografía de Marruecos, pero esta escapada de tres noches a Marrakech nos va a hacer replantear esa decisión inicial, y más viendo todo lo que nuestro país vecino puede ofrecer al visitante. Desde el primer momento en que Ryanair anunció la apertura de una nueva ruta a Marrakech desde Santander me puse manos a la obra para ver en que fechas podíamos encontrar unos días para viajar al Magreb, y después de una bajada puntual del precio de los billetes en el puente de la Inmaculada no lo dudamos. Tras aterrizar por la tarde e instalarnos en nuestro riad en la Medina, aprovechamos nuestras primeras horas en la ciudad roja -que no fueron muchas- para dar un paseo nocturno e ir a cenar a la que a la postre sería uno de los mejores restaurantes donde comimos, el Zeitoun Café, y con unas vistas espectaculares de la Plaza Jemaa el Fna. Y la razón de que no fueran muchas horas la primera tarde fue que nos tiramos cerca de 90 minutos esperando para pasar el control de pasaportes -que llegaran tres vuelos a la vez no ayudó-, más otros veinte minutos buscando nuestro transfer y otros veinte más en llegar a nuestro riad en el lío de calles de la Medina.
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