Tras varios años deseando e intentando encontrar el momento, las fechas y, por qué no, el precio para viajar al Japón, a finales del año pasado me topé con una tarifa bastante atractiva para poder, al fin, viajar al país del Sol Naciente. La premisa para el vuelo era entrar por la capital, Tokio, y regresar después desde el fabuloso aeropuerto de Kansai de Osaka. Este vuelo multi destino nos permitiría poder llevar a cabo una verdadera exploración del Japón y una verdadera experiencia en el país en los dieciocho días de viaje de que disponíamos, permitiéndonos de ese modo disfrutar de cada ciudad y de cada pueblo con la suficiente calma y sosiego para mantener el recuerdo vivo por mucho tiempo. Podíamos haber abarcado aún más visitas, más ciudades, pero siempre sería a costa de mermar dedicación a lo importante, y pasar de refilón por muchas de ellas sin dedicarlas el tiempo que necesitaban, conservando apenas algún ligero recuerdo. Además, por comodidad y simplicidad, debíamos partir desde el aeropuerto de nuestra ciudad, Santander, o si no era posible encontrar un precio atractivo volando desde el Seve Ballesteros salir desde el cercano aeropuerto de Bilbao. Y desde Bilbao fue donde al final volamos a Japón gracias a las tarifas que cargó Air France.