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sábado, 3 de julio de 2010

Celebrity Solstice. Santorini y Mikonos.

Restaurante Murano à la carte

Bueno, y ahora a uno de los temas culinarios.... Abstenerse los que no hallan cenado. Siguiendo las recomendaciones de los foristas de cruceros que habían pasado antes por el Solstice, nos dispusimos a pasar una de las noches más agradables embarcados. Teníamos nuestra reserva en el Murano. Convenientemente la compañía ya nos lo había recordado con una tarjeta en nuestro camarote. Y, por si eso no fuera suficiente, al regresar a nuestro camarote después de un día de andanzas teníamos otra tarjeta recordatoria encima de la cama. Y eso que el cubierto ya estaba prepagado desde España, concretamente cuatro días antes de embarcar en el Solstice. La reserva la teníamos para las nueve y media, pero a eso de las nueve menos cuarto sonó el teléfono y era el maitre del Murano, indicándonos que ya podíamos acudir cuando gustásemos. ¡Imposible!, teníamos que ponernos guapetones para la ocasión, y en mi caso me iba a llevar un ratito. Como ya indiqué anteriormente fue una gran experiencia, y aunque el ambiente no os lo puedo transmitir, al menos os pondré los platos que degustamos ( ¡Huy!... degustamos. ¡Jo!, que fino me he vuelto desde que he regresado).

Comenzamos con las entradas.



Para empezar una mollejas doradas y crujentes con chalotas, alcaparras, puré de albahaca y tomates secados al sol.


Seguimos con un Tian de cangrejo Peekytoe, Gravlax de salmón curado y Mousse de aguacate


A continuación les ofrecemos unas veneras(vieiras) Diver a la Wellington con emulsión de trufas negras y fondue de espinacas


Seguidamente su plato, Filet Mignon dorado a la sartén, cabernet demi, bouquetière de verduras y pomme mousseline con cola de langosta asada y su salsa de mantequilla
 
 
 
                 Para acabar les ofrecemos una selección de postres Celebrity para dos

Espero sinceramente que hayan disfrutado de esta experiencia culinaria



El lugar donde ocurrió todo, Restaurante Murano à la carte. Fueron hechas justo después de la cena, así que, como dijo Groucho Marx : "Perdonad que no me levante"




Mikonos

Lo he reconsiderado y en vez de tratar nuestras percepciones del barco primero, lo voy a colocar todo cronológicamente, lo que quiere decir con las escalas incluidas.


El año pasado tuvimos una escala muy larga en el Norwegian Jade, con lo cuál nos pateamos muy a fondo Mikonos Town. Así que en esta habíamos previsto visitar otros puntos de la isla. Para ello alquilamos una "burra", es decir un quad, y nos encaminamos a hacia los lugares que previamente habíamos señalado en casa cuando preparábamos el crucero. Tengo que decir que la primera sorpresa nos la llevamos la noche anterior, cuando en el today señalaba que el desembarque en Mikonos se realizaría en tenders, pero cambiando el sistema del día anterior en Santorini totalmente. Con todo ya nos empezó un tembleque en las piernas por ese motivo. La razón de dicho tembleque la explicaré más adelante. En la documentación del crucero ponía que atracaba en muelle, y lo mismo en la página de Celebrity. En fin, llegado el momento, bajamos al Celebrity central donde repartían los tickets y previa presentación a la tripulante que llevaba el tema y estar listos para desembarcar, nos dijo que nos dirigiéramos hacia el muelle del barco. Un desembarque rápido y PERFECTAMENTE organizado. Una vez en tierra, y pertrechados con los cascos y la "burra" nos fuimos con mucha ilusión hacia Platis Gialos para ver las playas de Super Paradise y Paradise.
La primera en visitar tocaba Super Paradise y esto es lo que nos encontramos.





A ver... Ya se que era noviembre y no verano, y por eso no me esperaba encontrarme con la música de los clubes a toda pastilla y un montón de tíos y tías con cuerpos de escándalo bailando sobre las mesas y sujetando daikiris con sombrillitas de colores. Pero al menos en mi cabeza me imaginaba una cala y una playa espectacular. Algo parecido a lo que su nombre indica (paraíso). Pero en fin, estas cosas son las pelotas que a veces nos formamos en la cabeza. De todas formas nos gustó mucho visitarlas, y la playa de Paradise nos gustó más que la de Super Paradise.


       Esta es una preciosa iglesia que se encuentra en la bajada hacia Super Paradise


                                                 Y esta es la playa de Paradise


                                                     Y este el Club Paradise


Continuamos la visita al sur de la isla llendo hacia Agios Ioannis, que se encuentra en una península unida a la isla principal por una estrechísima franja de tierra y que forma dos preciosas pequeñas bahías. Un sitio que merece la pena visitarlo




Y unas escenas de Mikonos




Otras fotografías de Mikonos. Después de entregar la "burra" para rematar el tiempo que nos quedaba nos fuimos a la terraza "sunset bar" en la Pequeña Venecia para tomarnos uno de esos maravillosos cafés que hacen los griegos.


Los molinos. Ahora han perdido la utilidad para la que fueron creados y son viviendas actualmente. No recuerdo el valor de compra de cada uno pero es una pasta gansa (alrededor de dos millones de euros).


Panorámicas de Mikonos Town




Encaminándonos sorteando las olas hacia el Sunset Bar


Vistas desde el café



Un inciso en Mikonos. La "cabrita" de la griega que nos alquiló el quad, nos dio uno superreluciente, inmaculado, precioso, pero el muy desgraciado no pasaba de 25 Km/h. Cada vez que había una cuesta no tiraba nada de nada. Nos adelantaban hasta las tortugas. Para llegar a Super Paradise hay una cuesta hacia abajo de "pelotas" con perdón. Mi mujer estaba acojonadita mirando la pendiente hacia abajo. Pero ingenuo de mi, lo que no pensé es que si la bajaba, luego tendríamos que subirla. Así que cuando llegamos abajo y me paré a pensar en ello, casi no disfruté de las vistas pensando si el puñetero quad sería capaz de subir por ese pedazo de cuesta. Afortunadamente subió, eso si a 2 Km/h y con mi mujer a patita con una cara de mala leche... que si coge en ese momento a la del alquiler la estrangula. Por no decir que encima estaba mal de punto y se nos paró más de una vez, y ya temíamos que nos dejara tirados por esas carreteras de Dios. En fin, una pequeña aventura.

Santorini

Santorini es la isla del Mar Egeo que más nos gusta y atrae (al menos de las que conocemos), quizás por ser la única del Egeo de carácter volcánico y por su historia geológica. A pesar de haber estado en ella en dos ocasiones, nos hacía mucha ilusión volver y nuestros planes eran alquilar una burra ( quad, que no burro ) dirigirnos al sureste de la isla para visitar las playas, ir a Perissa, Perivolos, Kamari y Akrotiri.




Después de la aproximación, espectacular como siempre, el Solstice se estabilizó frente a Fira a las 14:07 y las excursiones contratadas con Celebrity comenzaron a desembarcar a las 14:12. Digo esto porque nuestro balcón del camarote daba a los muelles del barco y nos entreteníamos contemplando el desembarque a la espera que llamaran a nuestro número. El sistema empleado para desembarcar por libre era el reparto de números que comenzó a las seis de la madrugada. Yo bajé a las siete y media a por el nuestro. Aquí ocurrió el suceso más decepcionante de todo el crucero, el cual quedó reflejado también en nuestro cuestionario de satisfacción. ¿Cual fue el problema? Pues el siguiente :



Lo habían organizado de tal modo que los dos muelles en exclusiva se dedicaban a desembarcar excursiones del barco. Primer problema. Algunos de los tenders estuvieron durante 15 o 20 minutos amarrados al muelle del barco sin que nadie subiera a ellos. La razón es que las excursiones reunidas en el teatro tardaban una eternidad en encaminarse a la salida de los muelles. Cuando los sobrecargos encargados del desembarque se dieron cuenta que se iba a eternizar, procedieron a adjudicar uno de los dos muelles para los pasajeros por libre. Segundo problema. Llamaron a los números 0, 1, 2, y 3; parecía que el tema a partir de ese momento iba a ir ágil. Qué equivocado estaba. Porque hasta que no tenían todos los cartoncillos de los números esos recolectados en la mano, no llamaban a más números. ¡Increible! Igual algunos de los pasajeros que tenían uno de esos cuatro números andaban vaya usted a saber dónde. Cuando al cabo de otra hora más se dieron cuenta que el sistema no iba a funcionar así, y además, pasajeros norteamericanos vestidos y preparados para salir presionaban al ver los tenders esperando vacíos, decidieron llamar a más grupos de números sin esperar a recopilar todos los cartoncillos. Bueno, bueno, cuando ya me frotaba las manos y veía que iba a desembarcar por fin aunque fuera con dos horas y media de retraso, me esperaba a mi y a todos los demás un nuevo varapalo. Tercer problema. Retrasos de las excursiones del barco y acumulación en el teatro, supongo, y dedican los dos muelles a ellas, con el consiguiente enfado de muchos de los pasajeros congregados en los salones y en la promenade. No aburro más, el resultado fue, aparte del aluvión de protestas en el mostrador de guest relations por parte de norteamericanos indignados, que no pudimos visitar Santorini porque para subir a Fira a las 19 horas, de noche cerrada y justo en el momento que llegaba una tormenta de lluvia, como que no, cuando el resto del día había sido soleado ( Poseidón se había aliado contra nosotros ). La explicación que los responsables dieron del desmadre creado era achacarlo a las condiciones meteorológicas por el viento. Lo curioso es que el viento y las corrientes no afectaba a las excursiones de la naviera, ni tampoco al Splendor OTS que también estaba allí, ni a las pequeñas embarcaciones tender de Santorini. De todas formas es el Egeo y siempre hace viento, y al día siguiente las condiciones en Mikonos de viento si que eran peores. No soy capitán, pero si soy patrón de yate, y aunque sea sólo un poquito, muy poquito, algo se de ello. De todas formas nosotros nos lo tomamos con filosofía ( qué vas a hacer ). Menos mal que al día siguiente en Mikonos cambiaron el sistema de desembarque y fue perfecto del todo.



Bueno pues pongo las únicas fotos que pude tirar de Santorini. Ahí se puede contemplar la mar embravecida y las atroces corrientes arrastrando las pequeñas embarcaciones de Santorini.
 
 



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Celebrity Solstice. Estambul.

Estambul


Este día llegábamos a Estambul y teníamos unas ganas enormes. A pesar de haber estado hace un año en ella durante cuatro días, queríamos ver cosas que se nos habían escapado la vez anterior y regresar a otras que sí habíamos visto, y que nunca te cansas de volver a contemplarlas.




Las ventajas obvias de haber estado en una ciudad antes, es que te mueves casi como en tu casa. Lo que no sabía yo es que además tenía que hacer de guía improvisado de como llegar a los sitios, que medio de transportes tomar, en que parada apearse y que es lo que no te puedes perder en Estambul en la estancia en puerto del Solstice. Y lo digo porque cuando desembarcamos nos encaminamos a la salida del puerto y como siempre de bote en bote de taxistas buscando clientela, entre ellos vociferando con un grupo de norteamericanos, y quizás debe de ser por la contundente negativa nuestra de no requerir sus servicios, y la decisión en el caminar nuestro hacia fuera de las instalaciones portuarias, alguno de esos americanos se fijaron en nosotros y decidieron seguirnos (como pensando :"estos tíos parece que saben lo que hacen"). Ya en el banco al que habíamos entrado para cambiar a liras surgió alguna pregunta por parte de ellos, con la sorpresa de que mi inglés es bastante básico, pero suficiente para entendernos un poco. Del banco hacia la parada de tram y dentro del mismo tranvía les indiqué en que parada debían apearse, que debían visitar y no perderse en el largo día que les aguardaba. Parece que alguna duda del monumental despiste que tenían quedó disipada. No entendemos cómo se puede llegar a una ciudad como Estambul y no tener claro que visitar salvo Santa Sofía y La Mezquita Azul. Increíble.

Por nuestra parte la primera labor que teníamos era localizar el centro cultural para reservar por la tarde nuestra entradas para ver a los Derviches. Y acudimos allí porque no sólo queríamos verles a ellos, sino que lo que queríamos era ver el ritual completo, incluido el concierto de música sufí. Lamentablemente estaba prohibido fotografiar y filmar. Después dimos un repaso por esas maravillas que posee esta mágica ciudad.


           El puente que comunica el continente Europeo con el asiático


Santa Sofía


                                                           Interior de la Mezquita Azul


                                        Típicas casa de madera en el barrio de Sultanahmet

                                                      Exteriores de la Mezquita Azul


Después de dejar atado el tema de las entradas (el aforo es muy limitado), este primer día en Estambul lo dedicamos a visitar algunos de sus inmensos monumentos. Y, aunque muchos de ellos ya los conocíamos, la verdad que no te cansas de contemplarlos. Lo primera cita que tocaba era la Mezquita Azul. Desde luego que es una maravilla, pero esta segunda vez nos ha vuelto a dejar de nuevo con la boca abierta, lo que nos puede gustar. En Santa Sofía decidimos no entrar debido a las grandes colas para acceder al interior, y como habíamos estado hace un año, el mal no era tan grave. Lo que si que hicimos fue darnos una ruta por la parte baja de Sultanajmet donde hay una arquitectura de casas de madera maravillosas, unos hoteles súper encantadores, otro zoco cómo no y sobre todo muy baja densidad de turistas, lo cuál se agradece en una ciudad como Estambul. Ya empezaba el cansancio en nuestras piernas, en un precioso día soleado, y pusimos rumbo al Gran Bazar para callejear un poco y tomarnos un cafetito que buena falta nos hacía. Queríamos comprar unos grabados que ya habíamos visto en nuestra estancia anterior y no adquirimos, pero desgraciadamente no fuimos capaces de dar con los que nos gustaban. De todas formas siempre es agradable hacer una visita a esta Meca del comercio, y por regla general, poco recomendable hacer las compras ya que los precios suelen estar más elevados que en otras partes. Por cierto que la prohibición de fumar en establecimientos públicos vigente desde este julio pasado la llevan a rajatabla, así que olvidarse de fumar en bares, restaurantes y hasta incluso en teterías. El que quiera fumarse una “cachimba” hala, a la p..a calle.


                                                                Santa Sofía


Los sufíes buscan la unión mística con Dios a través de diversos medios. Los derviches son los seguidores de Jalaluddin Rumi, un poeta y místico del siglo XIII actualmente llamado Mevlana quien desarrolló un ritual de cantos, oraciones y giros sobre la música sagrada que produce un estado de trance que se dice se percibe como una comunión con Dios por parte de los discípulos bien entrenados. La orden de Mevlana es musulmana pero está abierta a cualquiera que busque la unión mística con Dios como lo expresa este verso de Rumi (Mevlana Celalettin Rumi):


Quien quiera que usted sea , venga
Incluso si usted es
Un infiel, un pagano o un adorador del fuego, venga
Nuestra hermandad no es de desesperanza
Incluso si usted ha roto sus votos de arrepentimiento cientos de veces, venga.


Los derviches tuvieron una profunda influencia en la vida política, social y económica durante el Imperio Otomano pues varios sultanes fueron sufíes de la Orden de Mevlana. Su importancia ha disminuido actualmente en la Turquía actual pero aún sobreviven como "asociaciones culturales”.

                                                               La asociación cultural


Después de los cantos y las oraciones, los derviches circularon, cada uno inclinándose hacia los viejos maestros y entre ellos varias veces para reconocer las respectivas almas. Entonces, los cinco derviches se quitaron los trajes negros que simbolizan los limitados aspectos materiales de sus seres. El semazenbashi, también llamado seyh o jeque se acercó para vigilar mientras que cada derviche a su turno saludaba a los mayores. Cada derviche recibió la bendición de los mayores bajo la mirada atenta del jeque y se movían girando en sentido contrario a las manecillas del reloj sobre su pie izquierdo.Al principio con las manos apretadas y pronto con los brazos extendidos con la mano derecha mirando hacia el cielo para recibir la benevolencia de Dios y la mano izquierda mirando a la tierra para distribuirla a toda la humanidad.


Nosotros, la verdad, que salimos encantados y maravillados, y con una serenidad como si verdaderamente hubiéramos asistido a algo divino o superior. Y para intentar explicar lo que habíamos presenciado, busqué en la red alguna explicación y os trascribo lo que encontré:

Una explicación hipotética del trance de los derviches es la siguiente. Sus giros provocan que la parte del cerebro responsable de la conciencia espacial (lóbulos parietales) tenga dificultad para reconciliar la información que recibe desde los cinco sentidos con la proporcionada por los conductos semicirculares del oído interno. Esto traería vértigos que causarían que cualquiera parara de girar o perdiera el equilibrio y se cayera pero el intenso entrenamiento de los derviches les permite continuar hasta que la persistencia de señales contradictorias sobrecarga el centro de asociación espacial al punto de causar que se desconecte.

Esta parte del cerebro, los lóbulos parietales superiores, nos dan la conciencia de la extensión espacial de nuestro cuerpo. Nos dice donde terminamos y donde empieza nuestro entorno. Una lesión en esta área paraliza nuestra habilidad de maniobrar en el espacio físico y no seríamos capaces de calcular las distancias y ángulos necesitados para ordenar a nuestros movimientos levantarnos de nuestra cama a una silla al otro lado del cuarto.

Cuando la intensa sobrestimulación de los giros causa la momentánea desactivación de su centro espacial, el derviche pierde la conciencia de donde termina su cuerpo y donde empieza el universo exterior. Gracias a su entrenamiento otras partes del cerebro mantienen sus movimientos rituales mientras que él tiene la impresión de ser liberado de las limitaciones de su cuerpo físico y ego individual.


Perder la conciencia de los límites de su cuerpo físico se traduce en una sensación de unidad con el universo girando alrededor de él y hace falta muy poca incitación para causar que este sentimiento exaltado sea interpretado por sus lóbulos temporales como una comunión de su ser con Dios.

Observé las caras de los bailarines mientras giraban delante de mí. Algunos de ellos en efecto se veían parte del tiempo como si estuvieran fuera de este mundo.


Después de un reparador desayuno, desembarcamos del Solstice para tomar el tranvía. El objetivo el barrio de Gálata y su archifamosa torre. Después de ascender innumerables escaleras y cuestas se abrió ante nosotros y entre edificios la Torre de Gálata. La verdad que íbamos dispuestos a subir a ella para disfrutar de las fabulosas vistas que ofrece, pero como todavía faltaban dos horas para la llamada a la oración, y queríamos subir en ese preciso instante, decidimos no subir. Nos consolamos pensando que para vistas ya las teníamos desde la cubierta quince del Solstice. Nos dedicamos a dar un buen paseo por este barrio, quizás uno de los que tienen más tipismo.


Una vez que iniciamos de nuevo la bajada hacia el Puente de Gálata y llegamos a él, nos hicimos la misma pregunta que hace un año : ¿ Cómo es posible que todavía queden peces... ?







Y de esa manera llegamos al bazar de las especias. Un sitio cuya visita no se puede obviar. Nosotros queríamos volver a disfrutar de los colores, los aromas, la simpatía y amabilidad de los turcos. Y que decir de los puestos del mercado. ¡Cómo tienen expuesto el pescado! Visita obligada.











 
Un inciso. Para los que tengan curiosidad por conocer el significado, o mejor dicho, la traducción de las frases de los imanes cuando llaman a la oración a la vez desde todas las mezquitas, es el siguiente :


Allah es el Más Grande, Allah es el Más grande;
Allah es el Más Grande, Allah es el Más grande.


Atestiguo que no hay más deidad que Allah;
Atestiguo que no hay más deidad que Allah.


Atestiguo que Muhammad es el mensajero de Allah;
Atestiguo que Muhammad es el mensajero de Allah.


¡Venid a la oración!¡Venid a la oración!
¡Venid a la salvación!¡Venid a la salvación!


¡Allah es el Más grande!¡Allah es el Más Grande!


No hay más deidad que Allah.


Justo nada más atravesar el Puente de Gálata, y junto al mercado de las especias, encontrareis la Mezquita de la Madre del Sultán. Suele pasar desapercibida su visita interior, pero os la recomiendo. Casi, casi tan espectacular en la ornamentación de los azulejos que la Mezquita Azul.




                                                           Y esta del exterior de la misma.


No teníamos pensado ascender a la colina donde está otra de las maravillas de Estambul. Pero preguntando a un comerciante si la Mezquita de Solimán El Magnífico estaba ya abierta al público después de la restauración a la que estaba siendo sometida, el cabrito nos dijo que si. Menuda trola que nos coló porque todavía está cerrada al público. Al menos nos dio la oportunidad de pasear por calles donde compran los turcos y no hay ni un sólo turista. Curiosamente no había tiendas de copias de bolsos y demás objetos de diseñadores. Eso si, te podrías traer para España todo un ajuar completo. Una experiencia de lo más bonita. Ahí es donde ves el verdadero pulso de una ciudad.






                                                                     Mezquita de Solimán

 Y llegaba el momento de la despedida de Estambul. Con pena no nos quedaba otro remedio que embarcar en el Solstice.


                                                 El Solstice preparándose para partir

                                                     Emotiva despedida de los remolcadores



               Y mientras en la ciudad se preparaba un tormentón de órdago para llorar nuestra partida.



                                                    Hasta la vista Estambul .
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