Honfleur es un pequeño pueblo de pescadores donde la mayoría de sus pintorescas calles acaban en su dársena rodeada de típicas construcciones perfectamente conservadas. Alrededor de la rada del puerto se alinean multitud de restaurantes y bares deseosos de atender a los numerosos turistas que cada verano invaden sus calles empedradas, sus comercios y curiosean por los puestos de los mercados matinales. Honfleur, que antaño fue próspero puerto de intercambio de mercancías y el más importante de la desembocadura del río Sena, perdió su importante condición debido al propio río que con la acumulación de sedimentos a lo largo de las décadas menguó notablemente el calado e hizo imposible que los barcos más grandes atracaran en sus muelles. De ello se benefició la cercana ciudad de El Havre a la que se desvió el tráfico marítimo.