George Town, una ciudad vibrante y repleta de edificios coloniales, fue introducida con todo el merecimiento en el listado de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Y es que sólo bastó un pequeño paseo por el amplio centro histórico de George Town para darnos cuenta de que íbamos a disfrutar muchísimo durante las horas que aún disponíamos antes de volver a embarcar en el Volendam. El taxista nos había dejado en mitad del enjambre de centros comerciales que se han multiplicado en la zona más moderna de George Town, pero en realidad a unos pocos minutos andando del centro histórico. Ahí nos despedimos de la alemana de Berlín y su marido de Mallorca con los que habíamos compartido los gastos de casi seis horas de taxi. Ellos se iban a comer una de las sopas asiáticas picantes que tanto les entusiasmaba y luego hacer unas compras en los centros comerciales. Nosotros por nuestra parte estábamos deseosos de conocer el patrimonio de George Town, y justo ahí comenzamos la visita, en el edificio inmaculadamente blanco del centro de interpretación de "George Town World Heritage".