La Gran Isla de Hawaii, la de mayor tamaño y la que da nombre al archipiélago, es una isla de grandes contrastes. Capaz de reunir diferentes climas, distintos paisajes, de conjugar a la perfección el fuego de sus imprevisibles y activos volcanes con el intenso azul de sus aguas costeras, una isla que ofrece la cara más extrema de la naturaleza. Para nosotros iba a ser el último día en estas maravillosas y paradisiacas islas, y nos quedaba aún una de las visitas estrella de Hawaii, el volcán Kilauea, uno de los más activos del mundo. Habíamos valorado la posibilidad de sobrevolarlo en helicóptero, pero tanto las limitaciones de tiempo como el coste económico tan alto que nos suponía nos hizo desistir, y preferimos por tanto ir por tierra. Pero antes de nada quisimos ir a ver una de las famosas cascadas de la Gran Isla. Muy cerca de Hilo, la capital, están las "Rainbow Falls", o la Cascada Arcoiris. Un gran salto de agua en mitad de un maravilloso y exuberante paraje natural