miércoles, 16 de octubre de 2019

Jerusalén; paseando por la Vía Dolorosa


Nuestro primer día en Jerusalén no cabíamos de emoción. En realidad habíamos llegado la tarde anterior, aunque sólo habíamos podido disfrutar de un paseo por los alrededores de la Ciudad Vieja de Jerusalén bajo la luz de las farolas en busca de un restaurante para cenar. Pero esta mañana la Ciudad Vieja lucía formidable bajo la dorada luz del sol y, tras desayunar en nuestro hotel de la parte árabe de la ciudad, nos dirigimos por los revirados callejones hasta la Puerta de Los Leones. En esta puerta da comienzo la Vía Dolorosa, la misma donde se inicia la procesión de Viernes Santo, la misma donde comenzamos nosotros nuestro particular recorrido por las estaciones de penitencia. Si bien es cierto que la Primera Estación es la del juicio de PilatosJesús y su posterior condena a muerte al comienzo de la Vía Dolorosa, visitar esta estación resulta complicado si no vas con un guía pagado. En el cercano Huerto de los Olivos fue donde Jesús fue prendido por los soldados del Sanedrín, ésta visita preferimos dejarla para otro día ya que la jornada que teníamos por delante iba a ser larga.






La primera parada la efectuamos en el lugar de nacimiento de la Virgen María, y a corta distancia de ésta llegamos a la Iglesia y el Monasterio de la Flagelación. En este lugar fue azotado Jesús por los soldados que lo custodiaban a requerimiento de Poncio Pilatos. Corresponde con la II Estación de Penitencia. Fue despojado de sus ropas y vestido con una túnica, y aquí fue "coronado" con una corona de espinas retorcida por un soldado. En los jardines de este monasterio algunos grupos de cristianos elevaban sus oraciones, algunos visiblemente emocionados. Esta iglesia fue construida por los cruzados en el siglo XII, aunque más tarde fue abandonada durante siglos hasta su recuperación en el siglo XIX.






A medio camino de las Estaciones II y III del Vía Crucis tras el paso de un arco, un portal de un viejo edificio de piedra marca el lugar de la prisión de Cristo. Entramos en el edificio con cierta expectación, hoy es una oscura iglesia ortodoxa con una inmensa sorpresa en su sótano. Comenzamos a bajar pisos subterráneos hasta llegar al sótano más profundo. La oscuridad presente en el lugar, el olor a incienso, la humedad de los pasadizos que teñían la roca en negro nos llevó a una atmósfera algo tétrica más que espiritual, diría yo. Al final se accede a una roca perforada con dos agujeros donde los reos metían los pies y después eran encadenados, Los ortodoxos aseguran que fue aquí donde Cristo pasó encadenada la noche del Jueves Santo al Viernes Santo. Debo decir que el lugar impacta. Otros huecos con enrejados servían de celdas, y en este mismo lugar también mantuvieron cautivo al ladrón Barrabás.








La III Estación de Penitencia corresponde con la primera vez que Jesús cae bajo el peso de su cruz, y justo adyacente a la capilla armenia que conmemora la caída se encuentra la IV Estación. Aquí la pequeña iglesia conmemora y recuerda el encuentro de Jesús con su Madre, La pequeña capilla representa el dolor y el afligimiento de María por el sufrimiento que ve en el rostro de su hijo, mientras Jesús siente en el rostro de su madre ese recíproco dolor de tan alto afligimiento. 








Continuamos nuestro pausado recorrido a lo largo de la Vía Dolorosa. Sin lugar a dudas es la zona donde se concentra la mayoría de turistas y peregrinos, viajeros independientes y grupos organizados, y en algún punto concreto del trayecto puede ser un poco complicado transitar. Nosotros estuvimos en marzo, una de las épocas más bajas de visitantes en la Ciudad Santa, así que no quiero ni pensar lo que debe de ser en las épocas señaladas del calendario. De todas formas recomiendo seguir las Estaciones de Penitencia por orden para no liarse, y también llevarse una pequeña chuleta con el significado y datos de cada una de ellas y disfrutar más del significado y la experiencia. Y así llegamos hasta la V Estación de Penitencia, donde Jesús es ayudado por el Cireneo. En realidad fue obligado por un centurión romano a ayudar a cargar con la cruz. Justo al lado una huella en la pared de piedra marca el lugar donde se dice Jesús apoyó su mano en un intento de recuperar algo de aliento.




Antes de ir en busca de un restaurante para comer continuamos la caminata para conocer las Estaciones de Penitencia VI, VII y VIII situadas en un breve trecho de escaleras ascendentes. Se nota que es la hora de comer porque ha bajado considerablemente la afluencia de visitantes. En la Estación VI una iglesia católica con una pequeña y encantadora  capilla en piedra marca el punto donde Verónica seca el sudor de la cara de Jesús








Seguimos ascendiendo la empinada y estrecha calle hasta llegar a la Estación VIIJesús cae por segunda vez bajo el peso de la cruz. Una puerta decorada con filigranas en rojo marca el punto exacto. Esta puerta corresponde, cómo no, con una pequeña capilla dedicada a recordar este capítulo del Vía Crucis. A unos pocos pasos nos topamos con la Estación VIII. En este lugar Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén que lloraban y se afligían por Él. El lugar lo marca la placa y una cruz tallada en la pared de piedra donde se apoyan todos los peregrinos que por allí desfilan -yo incluido, no iba a ser menos-. El Vía Crucis de Jesús era seguido por una gran muchedumbre que se divertían insultando al condenado, y esas mujeres se saltaron la prohibición de llorar o lamentar la suerte del que iba a ser crucificado. Pero para nosotros ya había llegado la hora de comer y descansar de una larga e intensa mañana. Y qué mejor que un buen almuerzo árabe a base de verduras, pan de pita, encurtidos, salsas y diversos tipos de carnes, incluidos unos sabrosos kebabs ensartados en pinchos metálicos.



Después de un merecido descanso y un buen avituallamiento continuamos nuestro recorrido por las diferentes Estaciones de Penitencia del Vía Crucis. Un breve paseo nos llevó hasta la Estación XIX  situada en un lateral de la Iglesia del Santo Sepulcro y marcada por un Monasterio Copto. Aquí fue donde Jesús tuvo su tercera caída ya muy cerca del Monte Calvario






Y, por fin, conseguimos acceder a la Basílica del Santo Sepulcro, el lugar más sagrado de toda la cristiandad. Tengo que confesar que sin duda se siente algo muy especial al presenciar este lugar, independientemente que se sea o no creyente. Es un lugar diría casi mágico, desprende un halo especial que rodea a todo el templo. Pero ahí nos llevamos una sorpresa que jamás hubiéramos imaginado. Por primera vez en la historia las diferentes iglesias de Jerusalén decidieron cerrar las puertas del Santo Sepulcro en protesta por las medidas legales tomadas por las autoridades judías que suponían un ataque intolerable y sistemático  a la presencia de los cristianos en Tierra Santa. Parece estar muy claro que las autoridades judías no entienden que Jerusalén no debe pertenecer a nadie en particular....pertenece a todos en general. La verdad que estábamos atónitos ante la situación que teníamos delante nuestro ¿Pero de verdad íbamos a estar en Jerusalén y no podríamos visitar el Santo Sepulcro? Afortunadamente, y gracias a que permanecimos cuatro días más en Jerusalén, las iglesias decidieron abrir las puertas del Santo Sepulcro tres días más tarde y pudimos vivir la experiencia única de visitar este lugar santo. En otra entrada desarrollaré más detalladamente este laberinto de iglesias que compone la Basílica.






No quería acabar esta entrada sin hacer un apunte. Las Estaciones de Penitencia que he ido describiendo arriba corresponden con el Vía Crucis Tradicional, Pero, en la Semana Santa del año 1991 el entonces Papa Juan Pablo II propuso un nuevo Vía Crucis basado únicamente en el Evangelio. Desde ese año este nuevo Vía Crucis supone un complemento más al Vía Crucis Tradicional para el que quiera completarlo. Adjunto os enumero las Estaciones por si alguien se anima:

I ESTACIÓN: JESÚS ORANDO EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
II ESTACIÓN: JESÚS ES TRAICIONADO POR JUDAS Y ARRESTADO
III ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO POR EL SANEDRÍN
IV ESTACIÓN: JESÚS ES NEGADO POR PEDRO
V ESTACIÓN: JESÚS ES JUZGADO POR PILATOS
VI ESTACIÓN: JESÚS ES FLAGELADO Y CORONADO DE ESPINAS
VII ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ
VIII ESTACIÓN: JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRINEO A LLEVAR LA CRUZ
IX ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
X ESTACIÓN: JESÚS ES CRUCIFICADO
XI ESTACIÓN: JESÚS PROMETE SU REINO AL BUEN LADRÓN
XII ESTACIÓN: JESÚS CRUCIFICADO, LA MADRE Y EL DISCÍPULO
XIII ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
XIV ESTACIÓN: JESÚS ES DEPOSITADO EN EL SEPULCRO


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