Tras un reparador sueño en el que conseguimos recuperarnos de la anterior noche que pasamos casi en vela, fuimos a desayunar mientras esperábamos a que nos llevaran la moto que habíamos alquilado el día antes. La mejor forma de moverse por la isla por sólo 60.000 rupias. Nuestra idea para ese día era ir a explorar el norte de la Isla de Lombok parando cuando nos apeteciera en la playas mas bonitas, contemplando las llanuras presididas por el intenso verde de los arrozales, las mezquitas que nos encontráramos a nuestro paso y acabar haciendo una incursión al interior de la isla hasta acercarnos lo más posible hasta el imponente Volcán Rinjani. Y así lo hicimos, una ruta en moto por las carreteras de la isla en la que no tardamos en hacer las primeras paradas. La zona de Senggigi, a parte de ser casi la única en disponer de alguna infraestructura turística, ofrece muchas pequeñas bahías con playas totalmente desérticas y unas idílicas aguas de un profundo color turquesa, donde a lo sumo te cruzas con algún local. Esto, hoy en día, no es fácil de encontrar en este pobladísimo planeta en el que vivimos.