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martes, 26 de enero de 2016

Rennes; la capital de la Bretaña


La capital de Bretaña es una ciudad vibrante y con mucho ambiente. Quizás influya en ello la joven población perteneciente a las universidades establecidas en la ciudad, y que hace que la oferta de bares y restaurantes sea tan variada en calidad, número y en precios. Al igual que ocurre en el resto de Bretaña pasear por las callejuelas del centro de Rennes nos pareció una preciosa experiencia. Las calzadas empedradas, las casas de entramado de madera, regios edificios de piedra todo hace un conjunto encantador. Para los que hayan sido apasionados de los cómic de Axterix y Obelix reconocerán a Rennes con su primitivo nombre dos mil años atrás en el Imperio Romano, porque ni más ni menos que en aquella época era la ciudad de Condate, tan célebre y nombrado en los cómics. Y aunque el cielo estuvo bastante plomizo, lo que no ayudo a que las fotografías salieran lucidas, la buena temperatura hizo muy agradables los paseos por las calles de Rennes y la visita a los monumentos más importantes, como el Ayuntamiento, el Palacio del Comercio, la Catedral de San Pedro o el Palacio del Parlamento de Bretaña.

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jueves, 14 de enero de 2016

Dinan; en el corazón de Bretaña


Dinan, la ciudad bretona fortificada con una impresionante muralla y un pintoresco puerto deportivo en el río Rance, destaca también por su gran castillo del siglo XIV. Situada en una encrucijada de carreteras y a medio camino entre la capital de la Bretaña, Rennes, y la hermosa costa bretona fue también  nuestra primera toma de contacto con esta maravillosa zona de Francia. Tras aparcar el coche iniciamos  la exploración de Dinan, comenzando por la ciudad edificada en la colina que domina el valle del río Rance. La ciudad aún conserva cuatro monumentales puertas y más de tres kilómetros de las antiguas murallas medievales. Un buen punto de inicio en nuestra visita a Dinan.
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viernes, 8 de enero de 2016

Mont Saint Michel; la abadía majestuosa


En Normandía, a un salto de piedra de la Bretaña, casi como si fuera un espejismo emergiendo de las aguas del estuario del río Couesnon, se alza majestuoso el Mont Saint Michel. Visible desde muchos kilómetros de distancia este promontorio de roca coronado por la impresionante abadía se ha convertido en uno de los monumentos más visitados de Francia. La fabulosa arquitectura y el lugar elegido por los monjes para levantar esta pequeña cité la han valido también para ser reconocida como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Cuando la vistamos nosotros aún se podía acceder en coche hasta ella por la carretera que la unía al continente y dejar éste en uno de sus aparcamientos. Pero poco después se puso en marcha el plan del gobierno para devolver al Mont Saint Michel a su primitivo estado de isla intermareal, y hoy en día se han creado aparcamientos a tres kilómetros con lo que el acceso se hace en transporte gratuito o a pie a través de las nuevas pasarelas. El motivo del cambio es que la carretera antigua, al no permitir el paso del agua por debajo de ella, modificaba los flujos de marea y amenazaba con convertir en praderas los páramos que rodean al Mont Saint Michel.
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domingo, 3 de enero de 2016

Honfleur; la más bella del estuario del Sena


Honfleur es un pequeño pueblo de pescadores donde la mayoría de sus pintorescas calles acaban en su dársena rodeada de típicas construcciones perfectamente conservadas. Alrededor de la rada del puerto se alinean multitud de restaurantes y bares deseosos de atender a los numerosos turistas que cada verano invaden sus calles empedradas, sus comercios y curiosean por los puestos de los mercados matinales. Honfleur, que antaño fue próspero puerto de intercambio de mercancías y el más importante de la desembocadura del río Sena, perdió su importante condición debido al propio río que con la acumulación de sedimentos a lo largo de las décadas menguó notablemente el calado e hizo imposible que los barcos más grandes atracaran en sus muelles. De ello se benefició la cercana ciudad de El Havre a la que se desvió el tráfico marítimo.
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