lunes, 10 de agosto de 2015

Singapur; un paseo por Little India y Chinatown


En este día quisimos volver a recorrer uno de los barrios más típicos de Singapur. Durante gran parte de los siglos XIX y XX la ciudad no paró de recibir oleadas de inmigrantes en busca de trabajo y prosperidad y poco a poco fueron estableciéndose en esta parte de Singapur que fue creciendo en la misma proporción. Estas coloristas construcciones de no más de dos alturas son la seña de identidad de Little India y forman parte del atractivo de esta zona junto al propio ambiente del barrio. Paseando por ella es fácil ver a las mujeres vistiendo el sari hindú y los típicos grupos de hombres reunidos en terrazas tomando te o agrupados en cualquier esquina. Una de las paradas que más me gusta, los mercados, hay que que hacerla al aproximarse al Tekka market, convenientemente abastecido de frutas y verduras hay que entrar para disfrutar de los aromas y colores.





En el interior de este mercado me hubieran hecho falta botas de goma en algunos de sus rincones por la cantidad de agua acumulada del hielo fundido. Los mostradores presentaban un espectáculo visual con una gran variedad de productos.

Las bandejas de gambas y langostinos eran una maravilla, al igual que los mostradores donde el pescado brillaba bajo los focos. Cangrejos de gran tamaño y unos mejillones de bordes teñidos de un verde intenso me llamaron poderosamente la atención.



Otra de las cosas que nos llamaron la atención era la presencia en prácticamente todos los locales de coloridos collares de flores colgando de los mostradores. Muchas de estos comercios se encuentran alineados a lo largo de la Serangoon road, la calle que divide longitudinalmente Little India en dos partes, al igual que los exitosos comercios de electrónica y accesorios para el teléfono móvil. Otra parte importante del comercio se dedica a la ropa con infinidad de telas teñidas con toda la paleta de colores posible. Pero sobre todo los restaurantes, todo un espectáculo gratuito de olores al pasar junto a ellos, y la gente local comiendo en la calle los suculentos y potentes platos de la cocina india.




El templo Sri Veeramakaliamman es el más vistoso e importante para la comunidad hindú de Singapur. Fácil de encontrar al estar en la arteria principal de Little India suele estar muy concurrido por fieles y turistas, ya que su interior está ornamentado con multitud de figuras coloristas y es fácil toparse con sacerdotes hindúes y fieles rezando con el cuerpo en el suelo completamente estirado. Su torre exterior resulta muy espectacular visualmente con sus decenas de imágenes policromadas, y como en todo templo hindú hay que descalzarse y llevar hombros y rodillas tapados por respeto. 








La iglesia Metodista Kampong Kapor se alza junto a Little India

Tras pasar una gran parte de la mañana paseando por Little India decidimos ir caminado hasta las cercanías de Orchard Road. Justo entre medias el Parque Mount Emily, uno de los varios pulmones que pose la ciudad de Singapur. Pasmos un buen rato descansando a los pies de un gran árbol antes de continuar nuestro camino.


Al final, y para no cansarnos excesivamente, paramos a un taxi para que nos acercara hasta la zona de Orchard. Esta es la zona más comercial de Singapur. Un compendio de calles con Orchard Road como arteria principal en donde se puede encontrar prácticamente a cualquier diseñador o cadena internacional de moda. Una zona donde desatar el espíritu de compras compulsivas al que tan entusiastamente se han unido los asiáticos, y calco a lo que puedes encontrar en la mayoría de ciudades del mundo. También están varios grandes centros comerciales, hoteles, restaurantes y cafés, y en uno de ellos paramos para tomarnos un gran café helado con su nata y chantilly. Ya por nuestra parte poco más que reseñar salvo la celeridad de encontrar la boca del metro en busca de un barrio mucho más auténtico, Chinatown.






Tras un corto viaje en el suburbano regresamos a Chinatown. Este barrio de Singapur es uno de los más bulliciosos de la ciudad, y en estas fechas en concreto cercanas al año nuevo chino bullía como pocas veces. De hecho ya salir de la boca de metro de Chinatown resultaba complicado entre los ríos de gente que pululaban por las calles. Todas las avenidas transversales estaban decoradas con centenares de lámparas chinas de vivos colores que le daban un ambiente muy festivo y alegre. Las escaleras mecánicas del metro dan justo a la calle Pagode Street que recorrimos por completo antes de explorar otras vías de Chinatown.




La Chinatown Food Street, o calle de la comida, es un paraíso gastronómico con todas las especialidades de la comida china y asiática que se te puedan ocurrir. Tanto los restaurantes en los bajos de las casas, como los módulos de cocina situados en el centro de la calle ofrecen comida sabrosa y a buen precio con una salubridad bastante razonable para ser Asia, y sobre todo con unos aromas atrayentes que me vuelven loco. Y estando en Singapur no podíamos dejar de probar una de sus especialidades, la tortilla de ostras, espectacular de sabor aunque el huevo queda quizás un poco grasiento para mi gusto. Pero cuando hay hambre ya se sabe que todo sabe a gloria.


La tortilla de ostras

El grandioso Templo de Buddha Tooth Relic es realmente espectacular. Aunque pueda parecer antiguo apenas tiene ocho años desde que se construyó. Fue levantado para albergar un diente de buda que guardan en el interior del templo en una estupa. Sus interiores están profusamente ornamentados con multitud de estatuas de buda y la estupa está recubierta de más de 300 kilos de oro donado por los fieles.









Pero en Chinatown el espectáculo está realmente en sus calles. Pasear entre ellas parándose a curiosear en los diferentes comercios es la verdadera experiencia en la visita, y por supuesto sus puestos y restaurantes de comidas, o las improvisadas terrazas donde hacer un alto en el camino para calmar la sed con una fría y rica cerveza local Singha









Una peculiaridad de Chinatown es que en sus calles también hay mezquitas y un templo hindú, a parte de los propios templos budistas. Una muestra de la perfecta integración de culturas en Singapur y del éxito del desarrollo de esta ciudad asiática. Y en esta fotografía de más abajo se refleja una curiosidad interesante. No muy lejos de la torre de este templo hinduista, construido para cultivar la espiritualidad humana, se levanta la torre de la banca  J.P. Morgan, levantada en esta ocasión para cultivar la avaricia y el culto al dinero, y responsable en su mayor parte de esta brutal crisis económica y de valores que nos asfixia y nos desesperanza a menudo. Dos torres construidas por el hombre con dos finalidades completamente antagónicas.


Par finalizar nuestro recorrido por Chinatown una última vista, en este caso al Heritage Centre de Chinatown, un museo que expone la vida de los primeros colonos chinos y ubicado en pleno centro del barrio singapurense en unos preciosos edificios típicos de este barrio. Con el cuerpo ya maltratado por el calor y la humedad de Singapur había llegado el momento de irnos a duchar y asearnos antes de una merecida cena donde departir acerca de las vivencias del día.



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